Cuando se habla de Lucio Fontana, el gran artista italiano del siglo pasado, uno recuerda sus lienzos con cortes y agujeros, como únicos e idiosincrásicos. Beniamino Levi, presidente del universo Dalí, conoció a Lucio Fontana en 1956, durante los años en que dirigió su Galleria Levi en Milán, en Via Montenapoleone. Exhibió muchos artistas italianos e internacionales, entre ellos Lucio Fontana.
[Casella di testo: NIF: B-59458539 – Intermèdia Grup de Comunicació, S. L. – Registre Mercantil de Barcelona, T. 20670, Sec. Gral. F. 178, Full 10933] Fontana era argentino de nacimiento, nacido en 1899 en Rosario, de padres inmigrantes italianos. Lucio Fontana en sus primeros años, trabajó principalmente como escultor junto a su padre. En 1927 regresó a Italia y estudió en la Accademia di Brera de Milán. Primero se aventuró en el abstraccionismo durante la década de 1940, y luego en el espacialismo durante la década de 1950. Él es probablemente mejor conocido por sus lienzos 'cortados' o 'agujeros', creados durante los últimos años 40 y 50. Levi conoció a muchos artistas famosos y figuras conocidas del mundo del arte durante sus años en Milán, la reunión más importante fue con Dalí, fue esta reunión la que cambió el curso de su vida.
En su Galería en Milán, Levi exhibió muchos artistas italianos e internacionales, entre ellos Lucio Fontana, a quien recuerda que es difícil de entender.
Cuando se le pregunta qué recuerda más sobre Fontana, Levi comenta "su humildad". “Él nunca habló sobre sí mismo, solo habló de los demás. Me explicó por qué hizo agujeros en sus lienzos. Quería crear en el lienzo una dimensión diferente, una tercera dimensión, con estos agujeros y cortes ... Lo entendí”. Al principio, a Fontana le resultó difícil vender sus obras de arte. ¡Su esposa solía decir 'eres estúpido'! en su dialecto milanesa. Según Levi, Fontana era un "investigador estilístico". Quien encontró una audiencia a través de su arte.