Tal día como ayer, el 23 de enero de 1898, hace exactamente 28 años, Dalí era enterrado en la cripta del Teatro-Museo Dalí de Figueres, a la edad de ochenta y cinco años. Según el catálogo razonado de Descharnes “The Hard and the Soft”, la última obra del genio surrealista, “Cola de golondrina y violonchelo”, fue creada en el Castillo de Púbol en abril de 1983.
En 1984, algunos años antes de su muerte, sufrió graves quemadas durante un incendio en su dormitorio ocasionado por un cortocircuito en el interruptor del timbro de llamada al servicio, que Dalí usaba constantemente; fue Robert Descharnes, su secretario y administrador de su negocio, quién le salvó la vida.
Dalí nació en Figueres, España, un 11 de mayo. A pesar de haber residido en distintos países durante su vida, entre ellos Francia y los Estados Unidos, Dalí se estableció en Portlligat, en 1948. Durante unos años se mantuvo increíblemente activo artísticamente, después de haber recorrido Estados Unidos en 1952, habiendo expuesto su obra en la Knoedler Gallery de Nueva York en 1963 y después de una gran exposición retrospectiva que organizaron en el Tate en 1980. Seguro que le hubiera gustado ver en 1983 otra gran exposición retrospectiva en el Museo de Arte Contemporáneo de Arte de Madrid