Cadaqués, agosto de 1929.
«Una mañana, el coche del poeta surrealista Paul Éluard con su mujer se paró de nuestra casa. Estaban extenuados por el largo viaje, venían de Suiza, donde los había hospedado Réne Crevel. […] La mujer de Éluard, Gala, me impactó por su rostro inteligentísimo, pero me pareció de pésimo humor y no muy contenta de estar en Cadaqués. Sobre las cinco nos reunimos todos en torno a los Éluard y bebimos juntos a la sombra de los plataneros. […] Esa noche, dando un paseo, hablé con Gala de cuestiones intelectuales y la dejé maravillada por el rigor con que yo sabía imponer mis ideas. […] Al final los acompañamos a su hotel y decidimos volver a encontrarnos todos la mañana siguiente, a eso de las once, de mi casa, para darnos un baño en mi playa».
La mañana siguiente, cuando «el campanario de Cadaqués daba las once» Dalí estaba listo, como escribe en su autobiografía Mi Vida Secreta para recibir la iluminación de su «genio, Gala Gradiva, Elena de Troya. Santa Elena, Gala Galatea Plácida».
«Me asomé », escribe Dalí, «y ya estaba en la playa. […] Gala, la mujer de Éluard. Era ella. ¡Galuchka resucitada! La reconocí al verle la espalda desnuda. Su cuerpo estaba revestido de una epidermis absolutamente infantil, pero los hombros, los músculos surrenales mostraban la tensión, en cierto modo atlético, de la adolescencia. También tenía una cintura muy fina, que resaltaba el contraste entre la volitiva, orgullosa y superba delgadez del torso y el delicadísimo vigor de sus caderas, que se volvían aún más deseables por tantas oposiciones. […] ¡Estaba destinada a ser mi Gradiva, la que camina, mi victoria, mi mujer!».
Con estas palabras, Dalí narró su primer encuentro con Gala, cuyo nombre verdadero era Elena Ivanovna Diakonova, en aquel verano de 1929, que transcurrieron en Cadaqués.
Este mes se cumplen noventa años desde cuando Dalí conoció a Gala, «la Gradiva de su vida» y, con motivo de esta ocasión, el Dalí Universe desea celebrar #DaliandGala compartiendo con todos las frases más bonitas que el artista dedicó a su mujer y musa Gala, extraídas de Diario de un Genio, que el artista catalán escribió en 1963.
Junto a las más famosas citaciones referidas a la relación de Dalí y Gala, el Dalí Universe ha seleccionado algunas de entre las fotos más significativas que inmortalizaron a la pareja surrealista más famosa del mundo y que, aún hoy, dominan con su fuerza expresiva los espacios de las exhibiciones mundiales y siguen atrayendo la atención de un público cada vez más amplio y aseguran de este modo su
“inmortalidad ”.
¡Síganos en nuestros canales de medios sociales! En este mes de agosto de 2019, le invitamos a mirar las fotos que hemos elegido para celebrar junto a usted el aniversario #DaliandGala.
«Soy el único genio que tuvo la suerte única de estar casado con el genio de Gala, la única mujer mitológica de nuestra época».
«Mi superhombre estaba destinado a convertirse nada menos que en una mujer, la supermujer Gala».
«Me dediqué a Gala para hacerla resplandecer, haciéndola lo más feliz posible, cuidándola más que a mí mismo, porque sin ella todo se hubiera acabado».
«Gala está sentada en la proa de su barco pintado de amarillo de Nápoles. Me arrodillo para agradecer a Dios que Gala sea un ser tan bonito como los que creó Rafael. Juro que su belleza es imposible de percibir, y nadie la ha podido percibir tan vitalmente como yo, gracias a mis éxtasis preliminares ante los cuernos de rinoceronte».
«¡Gala fue para mí la estrella fugaz más visible, la mejor delimitada y la más acabada!».
«Solo Gala y Dalí están enmascarados por una mitología indestructible. Gala y yo encarnamos el mito sublime de los Dióscuros, nacidos de uno de los dos huevos divinos de Leda».
«Mientras estoy arrodillado, entreveo desde la ventana el barco amarillo de Gala que llega al muelle. Me levanto y corro a abrazar a mi tesoro. Es Dios que me la manda así. Se parece más que nunca a un león de Metro Goldwyn Mayer. Y nunca tuve tantas ganas de comérmela».
«El lunar de Gala es la única parte viva de su cuerpo que yo puedo englobar totalmente entre dos dedos. Me asegura irracionalmente sobre su inmortalidad fenixológica. Y la amo más que a mi madre, más que a mi padre, más que a Picasso y hasta más que al dinero!».
«Los acontecimientos más importantes que pueden sucederle a un pintor contemporáneo son dos: ser español y llamarse Gala Salvador Dalí. Estas dos cosas me sucedieron a mí. Me llamo Dalí, que en catalán significa ‹deseo›, y tengo a Gala».
«El método paranoico-crítico que inventé funciona solo con la condición de poseer un dulce motor de origen divina, un núcleo vivo, una Gala… y existe solo una».
Fuentes:
Diario de un Genio, Salvador Dalí, 1963.
Vida secreta de Salvador Dalí, Salvador Dalí, 1942.