El protagonista de esta escultura es el característico símbolo daliniano del tiempo. El reloj blando de Dalí se apoya, como si fuese un paño suave, sobre el tronco de un árbol cuyas raíces abrazan una roca. El reloj está deformado y su forma maleable parece seguir la geometría propia del árbol. Del tronco emergen raíces nuevas y las ramas presentan hojas incipientes, símbolo de la vida que renace.
En esta escultura, el reloj está adornado con una corona. Cuando se trata de relojes, con el término«corona» se indica el dispositivo mecánico que permite darles cuerda o ponerlos en hora. Sin este importante componente, el reloj no puede cargarse y por tanto no se puede poner en hora.
Dalí bromea con esta noción puesto que el tiempo del reloj daliniano es eterno, ponerlo en hora es irrelevante e imposible. Los relojes de Dalí están parados y sus manecillas, carentes de movimiento, pierden todoa significado funcional. La propia esencia del tiempo se pierde y se derrite. En esta escultura, la corona del reloj puede interpretarse como una corona real que simboliza la Nobleza del Tiempo, indicando su supremacía sobre la humanidad. El tiempo reina soberano sobre las personas y gobierna la existencia del mundo real, inmutable e incontrolable por parte del ser humano. Junto al tiempo hay dos imágenes recurrentes en la obra de Dalí: un ángel en actitud de meditación, que simboliza la presencia del Espíritu, y una figura femenina que se cubre los hombros con un chal.
Las manecillas del reloj indican los números uno y seis. Cabe notar que todos los relojesdalinianos que forman parte de la colección de esculturas del Dalí Universe tienen las manecillas enla misma posición.