El origen de esta escultura se remonta a la famosa serie de cartas del Tarot Dalí, creada especialmente para Gala, su esposa y musa, que incentivó el interés de Dalí por el misticismo. Elegida para representar la carta del “Diablo”, la escultura consiste en una figura hermafrodita, que cae hacia lo desconocido teniendo alzada una mariposa.
Dalí deseaba ver su obra de arte bidimensional transformada en tridimensional. Por ello, esculpió la figura masculina clásica de modo extremadamente pormenorizado, como solían hacer los maestros del Renacimiento, que ejercieron una gran influencia sobre Dalí, en particular Leonardo da Vinci. La escultura sugiere armonía y perfección, con una cabellera fluida que, siguiendo el movimiento de la figura, expresa la idea de belleza.
El simbolismo daliniano que destaca en esta obra está representado por la mariposa. La mariposa encarna la metamorfosis y la transformación, temas por los que Dalí nutría un especial interés, al igual que por la inmortalidad y la encarnación. La mariposa alzada pretende significar el espíritu liberado y el progreso hacia una mayor conciencia. En mitología, la mariposa simboliza el alma inmortal, y Dalí buscaba la trascendencia a través de su propia arte.
La escultura Hombre con Mariposa se distingue de la banalidad cotidiana del mundo terrenal a través de una celebración de la fuerza vital, en que el hombre y la mariposa simbolizan la dualidad del cuerpo y del espíritu.